(texto preparado para acompañar el registro de la acción en el Museo Itinerante Arte por la Memoria)
Nos han dicho que Maria Elena Moyano era la “madre coraje”. El estado peruano la nombró heroína. La historia dice que Sendero Luminoso dinamitó su cuerpo por oponerse ellos y su hermana, una fujimorista de poca inteligencia, usa su apellido para defender a su jefe de las acusaciones por violaciones de derechos humanos.
La María Elena de nuestra memoria no es esa. Han tratado de desaparecer su militancia feminista y de izquierda -nada más tradicional que la etiqueta misma de “madre coraje”-. Al declararla heroína se han esforzado por borrar todo aquello que resulta incómodo y transgresor; todo lo que no encaja en su versión edulcorada y sanitizada de la historia nacional. Nuestra Maria Elena es una dirigente política. Feminista y de izquierda. Radical en su apuesta por el socialismo como afirmación de la vida. Enfrentada a los poderes fácticos y al patriarcado.
Nuestra memoria está en confrontación con su historia. Ellos escriben la historia en los libros que distribuyen en las escuelas. Nosotros pintamos nuestra memoria en la calle.
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